6/1/11

Fabricantes de embustes

No, no me pasó nada, estoy bien, íntegra tanto física como psicológicamente, no tuve que soportar el frío de un arma presionando contra mí, ni un manoseo, sólo una piña en la cara que por suerte no dejó secuelas.

Ayer me robaron el celular. Asamblea y José María Moreno, lleno de gente, a las 20.30 hs.

Sabés qué me calienta? No el celular, que pobrecito tenía (a lo sumo) un año más de vida útil. No los contactos que los puedo recuperar, porque tampoco es que había conseguido el celular de Leonardo Sbaraglia. No la posibilidad de estar comunicada todo el tiempo en todo lugar, idea que nunca me terminó de cerrar del todo.

Me calienta que me roben la libertad. Sí, así nomás. Resulta que la culpa es mía: por no estar atenta, por estar usando el celular en la calle (creí que se había inventado justamente para eso), por caminar cuatro cuadras desde mi casa. Al final es culpa mía, parece ser. Yo no tengo derecho a caminar por la calle porque parece que hay gente que tiene -casi- el deber de sacarte las cosas que son tuyas.
Entonces, una no se puede poner pollera -por los violadores-, no puede usar el celular en la calle -por los rateritos-, no puede sacar la plata del banco -por las salideras-, no puede llevar encima la tarjeta de débito -por los secuestros exprés-, no puede...

Con tanto no puedo, no puedo nada. O puedo eso, solamente: nada. Y me rompe las pelotas, y puedo decirlo porque tengo libertad de expresión. Pero no me vendría mal, tampoco, un poco de libre circulación por las calles. Porque ese es mi derecho, que está siendo vulnerado.

Gente, atenti: al cargar las tintas sobre las víctimas, diciéndoles que "es su culpa" por haber hecho tal o cual cosa, no hacemos más que naturalizar la delincuencia, y eso no está bueno. Nos acostumbramos (quizá como un mecanismo de defensa, no lo sé) a naturalizar algo que, discúlpenme, NO ES NATURAL. No poder salir de tu casa por miedo debería ser un trastorno psicológico, no pura lógica.

Y les cuento a mis gobernantes, los fabricantes de mentiras. A mí la "sensación de inseguridad" ya me robó cuatro veces desde el 2008 (hagan sus propias cuentas). La inseguridad existe, de la misma manera que la inflación no es del 7%, de la misma manera que no hay combustible en las estaciones de servicio, de la misma manera que sí hay déficit habitacional, de la misma manera que sí hay desempleo. Y digo eso, nada más, porque son las cosas que el gobierno niega y que, por alguna extraña razón, me pasan todas a mí.

Mientan, mientan, que algo quedará. Aunque sólo sea su imagen manchada en la historia.

5 comentarios:

  1. Comparto parte de tus sentimientos, tambien me robaron el celular hace un tiempo y si, te invade esa impotencia de pensar por qué carajo a mi. Y bueno, tambien es cierto que hay mucha mentira dando vueltas, pero eso no viene de ahora, de un gobierno actual, de una "sensación". Viene de años de falta de educación, de atención, de políticas preventivas. Y como vos decis, es pésimo naturalizar la delincuencia, pero peor aún es naturalizar la ignorancia y el hambre.
    Saludos, te sigo.

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  2. Completamente de acuerdo, Carla. No se puede pensar lo uno sin lo otro.

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  3. Es una sensación de mierda que te roben , si perdes la libertad , al fin y al cabo ¿que importa el celular , a mi me robaron una sola vez y estaba enfrente de mi casa , una mierda.


    La verdad que apoyo lo que dijo Carla y concuerdo con vos que este gobierno es otro lleno de gente fabricante de mentiras y que encima se dice "revolucionario"
    pd : que lindo sería tener el celular de Sbaraglia jajaja

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  4. 678 es menos malo que Clarín, el Gobierno es menos malo que la oposición. Aunque no lo creas, somos el tercer país más seguro de América Latina (después de Chile y Uruguay). El problema se distorsiona cuando Clarín/Oposición platean que vivimos en Kosovo, y 678/Gobierno muestra otro país donde todo el mundo se tira pedos de colores. Ninguna de las dos partes tiene la fórmula para la inseguridad, bueno, en realidad sí (frenar la corrupción en la policía, dar posibilidades de crecimiento en barrios carenciados, y castigar, no reprimir, a quien cometió el delito) pero cuesta tiempo, y no deja el mismo rédito polìtico que una AUH (que no está mal, pero tiene que ser superado por otorgar empleo o educación) o la estatización del fútbol, o hablar desde todos los medios para desbancar a un gobierno. Tené en cuenta que fue tu celular, y no tu vida la que perdiste. Da bronca, ya sé (ya me robaron dos veces) pero pudo haber sido peor.

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  5. Nobody, si por esas cosas de la vida me llega a mis manos el celular de Sbaraglia, juro compartirlo con vos.

    Mauro...más o menos de acuerdo.
    Es cierto que fue mi celular y no mi vida, pero no debería haber sido ninguna de las dos cosas.

    Saludos!

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