24/11/11

Ponele

Alguna vez estuvieron frustrados sexualmente? Ah, no? Váyanse a cagar. Con onda.





PD: La falta de sexo me pone de malhumor

17/11/11

Ser mujer

O de cómo un cliché puede derivar en una conducta.

Se pelearon la Vernaci y la Pais. Intrascendente? Seguro. Importante? Claro que no. Ilustrativo? Claro que sí.

La gente dice que no son femeninas. La gente habla un montón de pelotudeces, pero en este caso, eligieron decir que no son femeninas. Como si hubiera una manera inequívoca de ser femenina, como si ser femenina -eso que la gente entiende como- fuera deseado por todas las concha portantes, un mandato social que se nos impone.

Dos minas compiten por laburo, y resulta que no son femeninas.

Quizá porque una tiene la cuenca del Río Matanza en lugar de boca, y se despacha con comentarios de alto voltaje todos los días desde su programa radial. Seguramente no la ayuda ser apodada "la negra", todos sabemos que una mujer femenina se hace apodar por el diminutivo de su nombre o por Pipi, Peti, Rubia...

El nombre de la otra es nombre de tipo. Corta. Claro que estar en un programa de hombres, ocupando el lugar casi mítico de un hombre, y hasta con uniforme de hombre, la marimachea un poco. Como su contendiente, no tiene voz de pito y hace elegancia de un humor bastante ácido.

A ninguna de las dos les da miedo parecer inteligentes. Eso no es para nada femenino.
Y aceptémoslo: ninguna de las dos es linda.


Así que ya está: son dos machonas, mujeres fálicas según la psicología, minas que reniegan de su condición de hembras. No hace falta nada más para que algunos idiotas sueltos (que los hay, y de a montones) las condenen. Pero ellas tienen un as bajo la manga: se acusan mutuamente de ladronas de maridos, y ahí sí, son la apoteosis de lo femenino. De otra manera, estaríamos a pasos de afirmar que son lesbianas y que les cabe usar penearnés.

Todos sabemos que una se recibe de mujer cuando se pelea con una compañera de género...por un hombre.

Lo que ellas no saben es que a las demás, a las que preferimos ver personas y no pitos-tetas-conchas, a las que nos desagrada que nos cataloguen dentro de conductas generales que no practicamos, a las que estamos convencidas de que somos tan femeninas como las demás pero sin tanto remilgo, a las que sencillamente elegimos ser sinceras antes que clichés, en fin, a todas nosotras, NOS DESILUSIONARON.

Porque dos mujeres se pueden putear sin que sea una "pelea de gatas".
Porque dos mujeres se pueden pelear sin estar en un ring de barro.
Porque dos mujeres se deberían poder agredir sin ventilar minucias domésticas.

Y por sobre todas las cosas, porque ustedes dos, grandes rompedoras de modelos, podrían ser más pillas y dejarse de ubicar en el rol de mujeres del siglo XIX.

15/11/11

Comuniqueiyon

Quiero trabajar en una empresa que tenga correo interno. Sé, me parece lo más cool del mundo. Además de que es gratis.

O mejor, quiero que pongan un correo interno entre escuelas. Me re imagino mandándole a mis amigos el fernet que nos vamos a tomar a la noche, o alcanzándole a mi vieja la compra en el chino. Me re imagino. "Te quedaste sin seda? Dale, te lo mando por correo interno. Escuela nº 7, distrito escolar? 8? Ok, ya sale para allá. Sí, nos vemos a la noche"

Sería sensacional.

14/11/11

Teoría relativista

El espacio no es absoluto, sino relativo: si es en subida (como el camino que me llevaba al subte en mi anterior hogar), el espacio recorrido cuenta por tres.

La velocidad no es constante, sino que varía de acuerdo a la cantidad de cigarrillos fumados en el día.

El tiempo tampoco es absoluto, o, al menos, eso espero: rindo un parcial a las 18.30 hs. En el medio tengo que llegar allá, y hoy es un día particularmente fumador. Espero que de alguna manera se me ralentice el tiempo, porque fijate que siendo las 15.55 hs. estoy posteando boludeces en el blog.

10/11/11

Me gusta ser mujer, me encanta eh

Está mal decir "me vino". Me vino suena inesperado, a visita sorpresa, a una amiga que sale del laburo y pasa a tomarse unos mates cuando vos estás en pantuflas y con ojeras de rímel. No te viene así como así. Antes de venirte, tu cuerpo da variadas e inconfundibles señales, visibles para vos, tu entorno, los desconocidos y el pelotudo que te carga la tarjeta en el subte. Y son señales molestas, claro que sí, Arjona hizo la peor canción del mundo en honor a nuestras hormonas. Ya lo sabemos, pero sepan que para nosotras es peor. Salvo que haya tenido una orgía bajo los efectos del LSD alrededor del día 14 de su ciclo, a ninguna mujer sana mentalmente le gusta que le venga.

Por eso, desde este espacio tan educativo, tan ilustrativo, tan tan...femenino, les dejo un calendario con pequeñas anotaciones para los hombres que, ante la ausencia de útero, no tienen ni la menor idea de cómo hacer para no empeorarnos la vida.


Una semana antes de mevino: Etapa "volví a la pubertad y esta vez con granos". Tu piel es una explosión sebácea. Te lavás la cara alrededor de 9 veces por día para desubrir que te salen granitos en lugares tan pelotudos como el cuello o la parte interna de la nariz. No querés maquillarte para no tapar más tus poros, y así salís a la calle. Brillosa y sin tapaojeras.

Los hombres deben: evitar acariciarnos. Estamos convencidas de que no van a poder chasquear sus dedos a continuación y que van a llamar a los gritos a Mr. Músculo. Nunca deben avisarnos que otra parte de nuestra cara sucumbió al acné: seguramente ya lo sabemos y su sola mención nos puede enfurecer.

Cuatro días antes de mevino: Etapa "juro que este jean ayer me entraba". Te inflás. ¿De qué? Es un misterio grande como por qué las princesas de Disney nunca tienen madres. Simplemente te inflás. Origina que te veas más gorda, y si le sumás los granos, la falta de maquillaje y el malhumor, sos una versión aún más patética que Lilita Carrió. Ella aunque sea saca 6 votos.

Los hombres deben: dejarnos que nos tomemos el tiempo del mundo para vestirnos, y jamás apurarnos bajo la premisa de que todo nos queda bien. Sabemos perfectamente que en estado globo, nuestro ropero se reduce inmediatamente a un octavo de lo que es. Si van a hacer comentarios, que sean inofensivos, es decir: refiéranse a nuestro pelo, ojos, accesorios. Si me alabás cómo me queda la remera sabré que mentís y será objeto de mi furia.

Tres días antes de mevino: Etapa "tengo más teta que Lía Crucet". Momento en el que pensás seriamente si no estarás embarazada y corrés a hacer cuentas y revisar el pastillero. Sentís que tenés 300 kilos de teta y en todas las fotos salís como la Pachamama. El bandó pasa a ser un corset y todo te parece escotado.

Los hombres deben: jamás decirnos que están igual que siempre. Yo las siento hinchadas y duras, ok? No necesito que además me trates de chata. Tampoco alabarlas: no me siento orgullosa de golpearme el mentón en cada bache que agarra el bondi. Teneme paciencia cuando baje la escalera y tratá de no hacerme agachar. Y si tenemos sexo, por favor, no me las toques. Duele, viste? Si me las mordés, te pateo la mandíbula. Corta.

Dos días antes de mevino: Etapa "tengo un desorden alimenticio, verdad?" Tenés un hambre voraz pero el sólo hecho de ver comida te provoca querer vomitar hasta el primer Nestum. Te la pasás a agua, gelatina, arroz y alguna fruta que tenga aspecto de inofensiva.

Los hombres deben: no invitarnos a comer, y si por esas casualidades compartimos una mesa, no hacer ruidos deglutivos ni chuparse los dedos ni eructar. Eso sólo hará que abandonemos la que quizá sea nuestra única comida del día y corramos al baño a sentir sólo cómo el sudor frío nos recorre la espina dorsal.

Un día antes de mevino: Etapa "Crisis". Todo en tu vida está irremediablemente mal. Estás sola, tu carrera te frustra, tus amigas no te contestan los mensajes, nadie es capaz de tratarte bien. Te pasás el día en la cama compadeciéndote por tus desdichas y tomando decisiones irrevocables. La música que te acompaña haría llorar hasta a Videla, y claro, cómo no vas a llorar vos también. Si lloraste porque no te alcanza el café para hacerte la jarra entera y te tenés que conformar con media jarra. Obvio.

Los hombres deben: si tienen huevos, acompañarnos. Abrazarnos cuando lloramos, darnos besos castos mientras miramos la peor película que estén dando en el cable, solucionarnos todos los problemas que se nos crucen durante este día fatídico. Y todo eso, callados y bancándose nuestra agresión permanente. Si no tienen huevos, pues entonces les recomiendo borra mi teléfono de su celular y nunca más llamarme.

Me vino: pasás por la etapa "me acabo de dar cuenta de que tengo útero y sé perfectamente dónde está ubicado y qué partes de mi cuerpo está tironeando para contraerse", luego por "Falta y Resto se está haciendo una murguita en mi cabeza" y finalizás con "la puta madre aunque sea dejame dormir". Tu abdomen grita dolor y es la cruel realidad. Te tomás un blister de ibuprofeno, te hacés un ovillito en la cama, un baño de inmersión, la vertical y la vuelta carnero. No hay con quéw darle: tu útero se contrae y no sé si viste películas de parturientas, pero eso DUELE. En el combo suele venir dolor de cabeza y si pagás $0, 50 más te agregan dolor muscular. Sos inservible, una carga para tu familia y la sociedad entera. No pasan tres horas hasta que pedís a gritos una histerectomía.

Los hombres deben: Si se animan y tienen paciencia, tener sexo con nosotras. Hasta ahora, el sexo fue el único remedio que encontré contra los dolores menstruales. Dicen que el ejercicio también ayuda, pero qué mierda. Si no se animan se pierden el huracán de hormonas que los podría sacudir hasta dejarlos turulatos, pero allá ustedes. Por lo menos, masajes en la cintura.

Segundo día de mevino: Etapa hemofílica. Se te van los dolores y con ellos el 95% de tu sustancia vital. Literalmente te vas en sangre. Un horror de pantalones manchados y tampón como la única manera de conservar la tranquilidad. Estás lívida, te volvés blanca como un papel y un soplido fuerte basta para que te caigas redonda al piso. Mover una silla de lugar es una hazaña olímpica.

Los hombres deben: ante todo, asegurarse de que no nos desmayemos en cualquier parte. Invitarnos a comer algo con carne roja no viene mal, quizá eso nos da fuerza para sonreírles y todo. Lo que sí, bajo ningún concepto, intenten tener sexo. Nadie quiere pasar por eso.

Tercer día de mevino: Etapa de resaca. Sale sin ganas, como cuando salís de un recital que querías que durara mucho más. Al final del día ya parece que definitivamente, se fue. Pero no: es todo un truco para esperar que vos salgas contenta a la vida, y volver. Un poquito. Y después irse. Y volver. De a ratos.

Los hombres deben: ayudarnos a volver a la vida normal. Una salida que nos obligue a sacarnos el pijama sería sensacional. Tampoco la Creamfields, eh: de a poco.

Cuatro día de mevino: Ya está. Ya pasó. Te quedan poco más de 20 días de paz. Aprovechalos.

9/11/11

Al estilo de Barcelona

Haber limpiado el pasillo común del PH luego de la lluvia, es de copada o de pelotuda?

8/11/11

MACRI

Andate a la re concha de tu hermana.

Muchas gracias.

6/11/11

Cosas que pasan cuando te mudás (increíbles, pero reales)

* Te perdés a la vuelta de tu casa. A LA VUELTA.

* No tenés ni la menor idea de qué bondis pasan por tu casa...mejor dicho, por la puerta de tu casa.

* Vienen tus amigas a conocer la casa y te quedás encerrada DOS VECES la misma noche.

* Vienen otras amigas y cuando le vas a mostrar tu habitación, la lamparita se quema con una explosión sobreactuada. Y el techo está tan alto...

* El primer día que pintás ya entendés perfectamente por qué el sintético al agua es tanto más carto que el común. Olés a aguarrás por días.

* No te encontrás ni a vos misma, y andás pidiéndole a toda tu familia que te presten monedas para el bondi, un cuaderno para el profesorado, una birome, el cargador del celular...

* Tu perra no se haya y te caga en el living todos los putos días.



Aún así...vida nueva. Eso sí: acá planto raíz hasta mis 50.