9/2/11

Foránea

No sé por qué, pero cada vez que vuelvo a la ciudad de Buenos Aires después de un viaje, me siento extranjera. Hay algo en esta ciudad que me coloca en el lugar de turista, donde Retiro es la puerta a un mundo desconocido y el obelisco es una mole incoherente que irrumpe en la avenida más ancha del mundo.

Y dentro de un taxi, escuchando tango, me sentí en una película nacional for export.

Qué sé yo, mambos.

1 comentario:

  1. Sí, olvidate. Cuando vuelvo de un viaje y la situación está musicalizada, me siento la protagonista de un culebrón de media tarde.
    Soy una estresha.

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