19/10/10

GPS

Mi vieja se compró un celular nuevo y me dejó el viejo (que no tiene señal ni al lado de la antena) para mí. El celular que se compró es completamente normal, no tiene chiches ni nada que pueda enorgullecer a un tecnófilo. Es un celular, punto.
Ayyyyyy pero qué difícil que se le hizo elegirlo!! Dos horas revisando celulares. Dos horas. Que el precio, que la pantalla, que si es flex o slide, que se le enciende el teclado o no. Millonadas de boludeces tuve que escuchar. Y la pobre piba que nos vendía (Personal, no sean hijos de puta y cámbienle el uniforme a esas pibas) no tenía ni la más pálida de idea de cuántos megapíxeles tenía la cámara o del precio de cada SMS. Mi paciencia disminuía a una velocidad estrepitosa, pero mi mamá, impasible, seguía pidiendo uno "con tapita" y que pudiera ponerse música como tono del mensaje. Así, dos horas.
Hasta que llegó uno, el milagroso.
Celular con GPS. Sí sí, qué tul? Ahora podés ir caminando y no tener que parar en un quiosco de diarios a preguntar dónde queda Varela. No tenés que estar en el bondi que suele ir hasta las manos pispeando la Guía T en medio de axilas ajenas. Ahora podés controlar al tachero que tiene pinta de chanta para que no te pasee. Porque ahora cualquier cristiano puede tener GPS en su celular.
Me encantó la idea. Me parece súper útil. Yo soy de las que sale de la casa, hace dos cuadras y ya se perdió, así que me vendría bárbaro.
Lástima que te marca sólo el rumbo geográfico, no el de tu vida, porque eso sí que sería un verdadero hallazgo.
Y lástima que el celular con GPS sale lo que dos celulares comunes y silvestres.

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