20/10/10

Cuesta arriba

Cuesta ver que las certezas que creías tener, en realidad eran ilusiones.
Cuesta entender que no era pasión, era mandato.
Cuesta escuchar lo que no te gusta escuchar.
Cuesta aceptarlo.
Cuesta hacer tuya la idea de que todo cambió y que ya no hay retorno.
Cuesta mantener la esperanza y pensar que algo bueno va a traer.
Cuesta salir a buscar cuando no hay un rumbo claro.
Cuesta tener coraje para salir, para empezar.
Cuesta empezar a irse: dejar de amar, temer, y finalmente partir.
Cuesta crecer. En todo sentido.
Cuesta aprender a estar sola. No a sentirte sola, simplemente a estarlo.
¿Tanto cuesta?
Cuesta sentir que no se va a terminar nunca.
Y saber que, aunque termine, algún día vuleva a empezar.
Cuesta tener ovarios para plantarte.
Cuesta elegir tu propia aventura.

Cuesta creer que esta misma, la que escribe estas palabras, seas vos, y no otra.

Cuesta creer que te hayas permitido estar cuesta abajo, por una vez.

Hay que remar igual en subida que en la bajada
lo mismo es errarle a la salida que a la llegada, dicen por ahí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario